A las mujeres durante mucho tiempo (toda nuestra vida) se nos ha dicho cómo tenemos que ser, cómo tenemos que comportarnos, de qué modo tiene que hablar y sentarse una señorita... Mamarrachadas, vamos. Pero esas mamarrachadas son las que nos han limitado a vivir con libertad y a ser nosotras mismas.
"Una señorita de verdad no dice tacos", "Las mujeres tenemos que casarnos con un hombre apuesto, fuerte y rico y hacer bien los trabajos domésticos"... Comentarios que llevamos escuchando año tras año de todos y todas de alrededor. En cuanto al amor, también nos han impuesto un rol, como el de "la mujer sensible, cuidadora y dispuesta a ayudar a su hombre". Desde muy pequeñas nos han enseñado cuál es el rol de la mujer y cuál el del hombre dentro de una relación romántica heterosexual.
En primer lugar, el amor romántico y verdadero es entre el príncipe azul y su princesa.
Como los cuentos que nos leían, la princesa es secuestrada o encerrada y solamente el príncipe azul podrá salvarla, ya que puede con todo. De ese modo, nos hace pensar que para que la princesa pueda seguir con su vida, necesita a ese príncipe azul apuesto, fuerte, guapo e inteligente y que sin él no podría seguir adelante. ¡TOTALMENTE FALSO E INDIGNANTE! ¿En serio, Disney? ¿En serio hace falta engañarnos con semejante cuento? Las mujeres quisimos, queremos y querremos ser libres, independientes, dueñas de nuestro cuerpo y alma y no necesitamos a ningún príncipe "azul" para que nos salve el culo. Ya nos encargamos nosotras de eso, pero no os interpongáis, dejadnos hacerlo solitas.
En segundo lugar y relacionado con lo anterior, las sociedades en su momento (hace muchas décadas) impusieron los roles sociales que tendrían que cumplir dentro de una relación amorosa (basada solamente en el heteropatriarcado). El hombre sería el protector y el que mantiene a su mujer, que más tarde mantendrá a sus hijxs (incluso, en algunos casos eran fruto de violación o algún otro acto en contra de la voluntad de su esposa). La mujer en cambio, cumpliría con el rol de ser débil, asustadiza y de necesitar la protección del hombre, además de ser la cuidadora y sirvienta de la casa y de su familia. ¡VAYA CON EL HETEROPATRIARCADO! Además de engañarnos con el amor romántico y verdadero, ¿Nos vienes con estas, imponiendo lo que tenemos que ser y hacer? Cada persona debería y debe de hacer lo que quiera con su/sus pareja/as, siempre y cuando haya respeto entre ambas personas.
Y por último, como antes ocurría y todavía ocurre en muchos países del mundo, el verdadero amor es cuestionable. Es decir, todavía muchas mujeres jóvenes son obligadas a casarse con un hombre con el que no sienten nada o que son mayores que ellas, incluso cuando el mismo hombre ha cometido alguna agresión sexual contra la mujer. Además, como he comentado antes, esas mujeres están sometidas al hombre, como por ejemplo, al estar bajo el mandato de su marido. También como se ha dicho anteriormente, en algunos casos el hombre y la mujer forman una familia no deseada (por parte de ella, claro. Habrá casos opuestos, pero son una minoría).
¿CÓMO PUEDE OCURRIR ESO? En los países occidentales se piensa que eso es cosa de los países más pobres por así decirlo, y que en nuestro país eso es muy raro o incluso que no ocurre. Pensamos que las sociedades occidentales hemos avanzado tanto, que situaciones así son casi inexistentes, pero no. Hay muchas mujeres (también hombres, sin olvidarnos de ellos) que están sometidas a su maltratador y que siguen creyendo ciegamente en el amor romántico, bonito y perfecto.
Dejemos de lado esa imagen falsa del amor y que las relaciones (sobre todo heterosexuales) amorosas sean más sanas y reales y sin ningún príncipe azul y princesa encerrada. Tampoco hagamos caso a esas películas de princesas Disney antiguas y series totalmente irreales y misóginas. Hagamos que el amor fluya y dure por si solo.
Referencias de imágenes:
http://nosoyasistenta.com/wp-content/uploads/2014/11/mujer.jpg
https://ladobe.com.mx/wp-content/uploads/2019/02/Moderna-de-pueblo-vs-Amor3.png
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